
Si bien tengo que aceptar el hecho de que tal vez no nacimos para amarnos, sino para cuidar el uno del otro... Bien es cierto que agradezco a Dios el haberme destinado a este tiempo y a este espacio de la creación... el haberme puesto en este país, ciudad... en un lugar donde te pude conocer. Bien dice un poeta famoso que no hay que llorar por que terminó sino sonreír por que sucedió.
El hecho es que no sabes lo que anhelé ser eso tan grande que tu esperas... Ser esa mujer increible que quieres tener a tu lado. Se que fué soñar demasiado... Pero el corto tiempo, el corto espacio, en el que sentía que esto era cosa de dos, fue hermoso. Fué como un sueño del que siempre supe que iba a despertar.
Anhelaría cinco minutos mas de sueño, como por la mañana, cuando uno no quiere despertar. Se que Dios hace las cosas por una razón, se que Él tiene un proposito para mí... y para ti.. y tal vez el proposito de ambos no nos lleve por el mismo camino, pero sé también que por alguna razón decidió unir nuestros destinos en este punto de la vida. Pues no se mueve una hoja de los arboles sin su voluntad.
Lamento no ser lo que esperas, ni lo que deseas.... Lamento mis berrinches, mis cambios de humor... mi inestabilidad... mi exceso de honestidad y las veces que te he lastimado. Lamento no ser yo la que te vaya a despertar a besos por las mañanas, lamento no ser yo la que prepare tu comida cuando llegues de trabajar, lamento no llegar a tener la oportunidad de planchar tus camisas ni cuidar de tus hijos.
En el viaje que emprendes para abandonar mi vida, llevame con todas las cosas que quieras recordar... Llevame junto a la canción que tanto nos gusta, junto a nuestro libro favorito, junto los amaneceres que no vimos, y junto con las fotos de los hijos que no tuvimos.
Llevame pegada a tu corazón, no como una carga, ni como un pesar... Llevame como quien pone un sueño en una estrella fugaz. Tan fugaz que no fue lo suficientemente fuerte para sobrevivir la tempestad.
Me quedo con lo suave de tu pelo, y con el aroma de tu boca, con tu piel de terciopelo y tus lunares en la nuca. Con tu calma y tu prudencia, con tu amor y tu demencia. Me quedo con tus miradas que quitan el aliento, me quedo con tu voz enloquecedora, con los abrazos que sanaban almas, y con tus ojos dulces que me hacian sentir que tenía alas.
Adiós Amor, Adiós....
No te puedo negar que quisiera que solo fuera un hasta luego... A quién mas le duele mi llanto si no a mi Dios? Sé que el hará lo mejor para mí, y lo mejor para ti. Fé en Dios.
Adiós Amor, Adiós...
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